

Onmyoji y Exorcistas
La convergencia de líneas ley es algo tan maravilloso como aterrador, capaz de originar fenómenos de diversa índole allí donde estos tiene lugar. Espíritus poderosos, sucesos extraños, prodigios inexplicables o incluso paisajes imposibles pueden hallar su origen en aquellos puntos donde más de un hilo de energía se cruzan, amplificando la energía que proyectan sobre una zona en cuestión.
Si bien es algo raro, hay varios de estos focos identificados a lo largo y ancho de toda Tenka, e incluso otros que aún permanecen velados. Quizá el ejemplo más famoso sea Henan, donde el foco de qi es tal que se dice que gracias a ello, es allí donde nacen los más talentosos onmyoji, personas que poseen sensibilidad especial ante la energía espiritual. Largas estirpes consagradas en desentrañar los entresijos del onmyōdō han perfeccionado sus conocimientos y labrado su reputación durante milenios.
¿Pero qué son exactamente los onmyoji?
Es fácil caer en el error de considerar que un onmyoji y un exorcista son lo mismo, aunque es cierto que los primeros están también capacitados para realizar exorcismos y rituales complejos.
Podrían ser considerados un equivalente a mago, debido al carácter esotérico de sus acciones. Los onmyoji son diestros en el arte de la adivinación, pudiendo anticipar sucesos auspiciosos o nefastos, al igual que pueden interpretar y preveer el clima. Se sirven de sellos y talismanes protectores, y pueden expulsar a entes malignos. Quizá la seña más distintiva es su capacidad para invocar shikigamis, categoría que abarca tanto entes espirituales, fantasmas, espectros, demonios o cualquier otro ser. Estás criaturas sellan un pacto con el onmyoji, protegiéndolos, así como haciéndose cargo de tareas que puedan poner en peligro la seguridad de su amo. Los shikigamis no siempre son visibles salvo que su invocador lo desee (o estén ante alguien que pueda percibirlos), y pueden mostrarse a través de figuras de papel o muñecos tallados.
El mecenazgo de los onmyoji es muy apreciado entre la nobleza, siendo que algunos incluso ostentan cargos poderosos en la élite del imperio, como su representante más importante: Xuán Qīng, señor feudal de Henan.
Entonces, ¿Qué son los exorcistas?
Puede que la diferencia principal radique en que al contrario que los onmyoji, los exorcistas no siempre lo son de nacimiento, pues es más bien un desempeño que una condición. Por supuesto, aquellos con capacidades extrasensoriales (médiums) son los más aptos para estas labores, más con aprendizaje duro, todo aquel que se lo proponga puede convertirse en exorcista.
Pueden establecer vínculos o contratos con entes espirituales (al igual que los onmyoji), los cuales fungen como apoyo o incluso les brindan fracciones de su poder cuando es necesario. Los exorcistas usan armas, amuletos, inciensos, sutras y rituales entre otras cosas para repeler o expulsar maldiciones que puedan afectar a la salud y la calidad de vida de los afectados, así como también contra las entidades malévolas que posean a personas u objetos. Inclusive pueden enviar al Ná a ciertas almas que han quedado atrapadas en el plano de los vivos o que rechazan su propio final.
En resumen, si bien podría decirse que la clase social es una de las principales diferencias entre ambos tipos, también hay ciertos matices que generan independencia entre estos conceptos.