Shi JingYi - 石敬宜

En las recónditas tierras de TaiYuan, uno de los hijos medio humanos de ShenYi demostró lo que significaba ser hijo del dios del conocimiento.

 

Nacido con una cuchara de plata, JìngYí creció con un espíritu curioso e insaciable por lo que le rodeaba. A la tierna edad de 4 años ya sabía leer, escribir y recitar los poemas de los antiguos sabios como un trovador experimentado; para los 6 era capaz de tocar el dizi, el guzheng, el guqin y el erhu como si sus dedos hubieran nacido para ello. Su pasión en la adolescencia y en la adultez temprana fue, sin duda, las artes de tinta, destacando en estas hasta incluso ser encomendado para dibujar los paisajes de las principales dinastías reinantes en esa zona y las colindantes.

 

Ascendió al panteón tras su muerte a los 108 años, siendo reconocido aún a día de hoy por lo prolífico de sus obras. Muchas de las obras de artes y melodías populares más famosas hoy día fueron creadas por su mano y, más tarde, adaptadas a las leyendas de cada región.

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